Vaya al pizarrón y escriba una noticia


Puede resolver toda clase de dudas, desde la hora a la que llega el profe, hasta los dilemas típicos antes de anotarse en un taller. Siempre con una sonrisa. “Es un caballero”, dicen las chicas. Ellos corroboran. Desde el año pasado, integra el Programa de Adultos Mayores de la Secretaría de Cultura y Extensión, pero no todos saben que, además, forma parte del inventario de varios medios de comunicación de Santa Rosa. En una entrevista, Rodolfo Gigena relata cómo descubrió este oficio.

Su experiencia se desarrolló principalmente en el campo de la prensa gráfica, recuerda. Su vida ha estado, desde la niñez, ligada al periodismo. Su abuelo tenía una imprenta en Uruguay.

Por razones políticas, la familia debió emigrar hacia Buenos Aires. Allí, su padre comenzó a trabajar en otra imprenta, Peuser. Años más tarde, se radicó en Santa Rosa y, luego, por motivos laborales, se fue a Río Gallegos, junto a su esposa. Sus hijos quedaron en esta ciudad.

Impecable ortografía

A los 18, el hermano mayor de “Rodo”, como se lo conoce en los medios, lo llevó a trabajar con él, al diario “La Capital”, adonde era periodista. “Mi tarea consistía en armar las pizarras, que se ponían a la vista de la gente con las noticias principales”, explica. La buena ortografía le valió pronto el puesto de corrector. La aventura debió interrumpirse cuando le tocó el servicio militar por el lapso de “un año, un mes y un día”, como recuerda.

Al regresar al diario, pudo incursionar en el periodismo deportivo. Esa era la sección en la que se iniciaban los periodistas. Hizo también notas de espectáculos y locales. Más tarde, cubrió temas políticos, pero las que más le gustan siguen siendo las crónicas que le abrieron la puerta de este oficio.

En 1975, ingresó en el área de Prensa de la UNLPam y continuó con su labor en el diario. ¡Días interminables! A estas dos tareas, se agregó más tarde su trabajo como corresponsal de la agencia Télam.

“Rodo” recuerda esos tiempos por su intensa actividad periodística. En el año 1983, en plena apertura democrática, pudo entrevistar a todos los candidatos a presidente de aquella elección. Algunas definiciones sobre aquellos tiempos:

Raúl Alfonsín: “Un político de una gran oratoria”.

Ítalo Argentino Lúder: “Un gentleman, con mucho conocimiento político”.

Oscar Alende: “Un gran economista y político”.

Para entrevistarlos, se interiorizó sobre sus plataformas políticas y lo que ofrecían al ciudadano cuando llegaran a presidente, para poder realizar sus preguntas con sensatez y sobre temas acorde a cada uno.

– ¿Siempre se dedicó al periodismo de papel?

– Mi preferencia fue escribir, pero desde 1985 a 1990, hice periodismo deportivo en Canal 2. Aprendí mucho sobre televisión en esa época. También, participé de un programa, que se llamaba “Parlamento pampeano” en Radio Nacional y en Canal 3.

En el año 1984, había dejado la Agencia Télam, para ingresar a la Oficina Prensa de la Cámara de Diputados, donde continúa hasta hoy. A diario, se difunden desde allí las novedades sobre la actividad de la Legislatura que llegan a todos los medios de comunicación. “Es una experiencia muy interesante: el periodismo político me apasiona”.

Onelia Cabiati y Elizabeth Rodríguez



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