El taller de computación, el más concurrido


Los talleres para adultos mayores, que brinda la Universidad Nacional de La Pampa, en estos últimos años, se han hecho algo cotidiano en la vida de la ciudad. En el caso del espacio dedicado a la computación, hay varios docentes.

Uno de ellos es Carlos Barbero. Tiene un grupo que sigue atentamente sus explicaciones y anota cada cosa que dice en el Aula Universia, donde se realizan los encuentros, como un tesoro para poder practicar después.

Cuando finaliza la clase, el profesor habla de esta fascinante experiencia, que es trabajar con alumnos mayores, deseosos de aprender algo distinto. “En general, se acercan para tener un contacto con la tecnología y poder estar a la altura de sus hijos y nietos que dominan esta área”, explica Carlos.

Muchos tienen conexión a Internet, pero no la saben usar adecuadamente. Todos han creado su propia cuenta y la utilizan intercambiando mails y direcciones entre ellos, relata. En otros casos, se han podido comunicar con familiares que están lejos y esto representa una novedad importante, que no parecía fácil de lograr.

Se ayudan mucho entre ellos. Los que no tienen acceso a la red van a un ciber y, desde allí, practican, añade el docente.

Como en todos los grupos de alumnos de cualquier edad, hay algunos que tienen más dificultades que otros. Por eso, se organizan entre ellos para realizar la enseñanza más personalizada. “Es de destacar el esfuerzo que realizan y las ganas de aprender que pone cada uno”.

Terminando la entrevista, el profesor hace un balance de los cursos. “En general, se van conformes con los conocimientos básicos adquiridos y con la satisfacción de que ellos lo pueden hacer”, concluye.

Silvia Rava




¿Por qué un curso de PC?

Fuimos al curso de computación para adultos mayores en la universidad y conversamos con algunos alumnos.

Marta explica que, para ella, era importante el curso porque quería aprender a usar la computadora y “perderle el miedo”. El profesor trata que ellos “entiendan”, pero ella cree que los mayores se cierran a veces “a los nuevos conocimientos”.

Su tocaya y compañera dice que, como se sentía “ignorante” en el tema informática, se compró una PC y comenzó el curso. De esa manera, está “enchufada con el mundo”.

Otra alumna de segundo nivel es Mirta. Señala que, como su entorno se maneja con Internet, se decidió a aprender y eso le permite conectarse e investigar ampliamente. También es bueno para la camarería que se desarrolla, asegura. “Si hubiese otro nivel, lo haría”, dice.

Esmilda Fernández Acevedo

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