El grupo del Taller de Periodismo tiene actualmente diez integrantes. Algunos llegaron por curiosidad. Otros, con unas ganas de escribir enormes, contenidas por varios años. También están los que siempre encuentran un espacio para hacer cosas nuevas y se anotaron para saber un poco más sobre los medios de comunicación. Todos querían recuperar historias, temas y plasmar, en notas periodísticas, esa mirada que aseguran les ha dado la experiencia. Como era de esperarse, se terminaron haciendo amigos.
Soy médica jubilada y me acerqué al Taller de Periodismo, motivada por recuerdos familiares. En mi casa, siempre se comentaban situaciones y anécdotas afines al mundo de la prensa. Mi padre tuvo en esta ciudad un diario llamado “Gobierno propio”, que se publicó entre 1930 y 1943, cuando fue clausurado por la censura. Tenía un fuerte contenido a favor de la provincialización de La Pampa, que fue motivo de muchas luchas en aquella época.
Hace alrededor de un año, enfrenté una nueva etapa de mi vida: la jubilación. Aunque se crea que no hay mucho por hacer, siempre encontrás algo que sí podés. Tratando de incorporar conocimientos enriquecedores, me acerqué a la Universidad Nacional de La Pampa y me anoté en el taller de periodismo, que me gusta mucho. Además, curso fotografía, que también me apasiona.
Hace muchos años, publiqué notas en “Caldenia”, el suplemento de La Arena, también en “Mi Región”. Fue un placer hacerlo, aunque me ocupaba mucho tiempo y, al tener mis hijos, lo fui dejando.
En este momento, siento que es necesario reinsertarse en grupos y este medio es ideal. Soy divorciada, con una hija y dos nietos cerca y un hijo y otras dos nietas en Resistencia, Chaco.
Santa Rosa es mi ciudad. Nací aquí hace 68 años. Me casé hace 42 y tengo cuatro hijos. Me recibí de maestra normal y trabajé mucho tiempo en una escuela rural.
De no haber sido docente, profesión que ejercí durante 31 años, creo que hubiera sido periodista. Cuando la UNLPam creó la carrera, me inscribí con mucha expectativa, pero por razones familiares debí abandonar. La posibilidad de asistir a este taller me entusiasmó mucho.
Soy oriunda de Bahía Blanca, donde me formé como docente. Al jubilarme, redescubrí otras vocaciones adormecidas. Asistí a distintos cursos que se ofrecían desde diferentes instituciones, como la Cooperativa Popular de Electricidad, donde hice locución, que me permitió después hacer un micro de radio de interés general.
También me acerqué a la UNLPam y a su taller de teatro “La Escalera”, perteneciente a la Secretaría de Cultura y Extensión, donde participé de distintas puestas en escena. Estas experiencias me motivaron a sumarme a también en seminarios del Instituto Nacional del Teatro.
Además, he incursionado en concursos de pintura y, desde 2007, en certámenes nacionales e internacionales de cuentos y obras de teatro. Este es el tercer año que asisto a los talleres para Adultos Mayores de la universidad y me interesa continuar creciendo, en especial en el aprendizaje de la comunicación.
Nací en 1948, en Capital Federal. Vivo con mi esposa, Emelcina, que me acompaña a las matinés del Centro de Jubilados. Me retiré en 1998. Había trabajado durante 27 años en el correo. Me anoté en el taller de periodismo gráfico porque necesitaba aprender a interpretar y discernir lo que muestran los diarios y revistas de papel.
Vengo de Capital Federal. Enviudé muy joven, con tres hijos. Mis padres y mis suegros me ayudaron a sobrellevar esos años tan duros. Mi vida transcurría entre ilusiones y decepciones, hasta que un día conocí a un “caballero cristiano”, como él se titulaba, que vino desde La Pampa a Buenos Aires para proponerme casamiento.
Nos tratamos, hasta que volví a enamorarme. Con sus hijos y los míos, en La Pampa y hace tres décadas, escribimos una nueva historia, larga de contar, y motivo del libro que quiero empezar y de mi acercamiento a este taller de periodismo gráfico.
Soy docente jubilada. Mi trabajo no fue el único objetivo de mi vida, pero sí al que le dediqué más tiempo, tratando de progresar y ascender, metas que logré con mucho esfuerzo y sacrificio. He viajado bastante, lo que me ha permitido ver otras culturas y compartir alegrías con mis amigas.
Soy de General Acha y hace cuatro años que vivo en Santa Rosa. Esta situación me cuesta bastante, pero creo que de a poco me estoy adaptando. Hace casi dos que me jubilé. En un primer momento, pensé que no me podría acostumbrar.
Siempre estoy buscando espacios donde insertarme, para socializar vivencias y conocimientos. El taller de periodismo me pareció ideal para escribir y reescribir ideas e inquietudes que surgen a diario, una práctica que, si se deja, se pierde paulatinamente.
En 1996, vine a vivir a Santa Rosa y me empleé en diversas actividades de servicios, hasta que pude instalar un taller de mi especialidad, que es la soldadura. Habían pasado doce años, cuando sufrí un accidente con una amoladora, que me dejó con un grave problema en uno de mis ojos y la imposibilidad de trabajar. Comenzaba 2008, pero pude encontrarle la vuelta: alquilar las maquinarias.
Hoy estoy jubilado y puedo hacer otras actividades. Muchas de ellas me ayudan a relacionarme con otras personas, como el taller de periodismo, donde aprendo a redactar las cosas que vivo a diario y quiero contarle a los demás.
Quedé viuda hace casi cuatro y aún me duele la pérdida de mi esposo. Tengo dos hijos y tres nietas. Nací en la zona de Rolón, en el campo. A los 21, me casé con el hombre que fue mi compañero por casi 50 años. Vivimos en Villa Maza el primer tiempo y, luego, nos trasladamos a Santa Rosa. Conseguimos trabajo los dos: mi esposo en la Provincia y yo en una librería, adonde me desempeñé por 32 años, hasta jubilarme.
Al retirarme, decidí que no iba a quedarme en casa y sin hacer nada. Es por ello que trato de realizar actividades que me resulten gratas y me ayuden a vivir plenamente. A través del PAMI y el Programa de Adultos Mayores, hace dos años que practico natación. También, fui a los talleres de computación y Pueblos Originarios. Este año, comencé el de periodismo gráfico. Para mí, es un desafío.
Mi historia comenzó un 1º de marzo, en General Pico. Desde muy pequeña, hubo a mi alrededor linotipos y radios prendidas la mayor parte del tiempo. Me crié en un ambiente periodístico.
Vinieron los años del colegio, mi familia cambió de ramo y se fueron borrando esas experiencias de mi niñez. A pesar de ello, cada tanto, me vencía la tentación y tomaba el lápiz y el papel para dejar plasmadas las vivencias del momento.
La formación de mi propia familia me llevó a postergar esa inquietud, pero cumplida esa etapa, me encuentro profundizando mis conocimientos en periodismo y descubro que esa necesidad de comunicación con el mundo, en cualquiera de sus formas, sigue intacta.
Espero encontrar el ámbito para seguir con esta tarea, debido a que, dentro del grupo de integrantes del taller, tenemos ganas de mantener este proyecto a través del tiempo. Aún siendo adultos mayores, si encontramos la oportunidad, podemos mantenernos en actividad y sentirnos “útiles”.
Me encanta!! Qué grandes!! Los recontra felicito!! Con actitudes como las de ustedes nos demuestran a los jóvenes que se puede hacer mucho, y que no vale decir: "estoy cansada".
ResponderEliminarUn abrazo enorme!!
Lore
Felicitaciones !! Excelente blog y excelente proyecto. Me alegro mucho cuando leo este tipo de paginas. Siempre hay gente dispuesta a hacer algo por los demás en medio de una sociedad cada dia mas individualista. Los acompaño y ofrezco mi colaboración. Analia Molteni
ResponderEliminarQue lástima que luego de incursionar en este blog. Se haya quedado sin colaboradores para que siga creciendo.
ResponderEliminarFue un esfuerzo conjunto tanto de periodistas, alumnos,colaboradores pertenencientes al área de extensión y otros con ganas de darles vida.
Nora- alumna del taller de periodismo