Un clásico, la visita al diario "La Arena"


Se imprime en una máquina sumamente compleja y más grande que un colectivo. Verla andar es un espectáculo. A fines de junio, el taller de periodismo recorrió las instalaciones del diario. La guía por estos 75 años de historia fue la periodista Azucena González Ríos, quien acompañó a los alumnos por las distintas instancias de un proceso de producción que, pese al avance los avances tecnológicos, no ha dejado de ser fascinante. Ahora, todos quieren volver una madrugada, para pescar al matutino cuando está a punto de salir a la calle. Aquí, el paso a paso antes de llegar al quiosco.


Cada edición es el resultado de una larga jornada de trabajo. Desde la mañana, se producen las noticias y el secretario de redacción va seleccionando el material, al tiempo que está al tanto de los temas de los que se ocupan sus periodistas. También se encarga de la edición de la información; es decir, titula, busca epígrafes para las imágenes, que decide publicar, y prepara los textos para que sean diagramados en las distintas páginas.

Hasta aquí la información general. Mientras tanto, los editores de las demás secciones, más pequeñas, separan las notas más importantes en materia de cultura, deportes, el país y el mundo y las organizan en los espacios asignados. Muchos de los temas importantes provienen de las agencias informativas, como Diarios y Noticias (DyN), Télam, EFE o flashes. Desde el interior provincial, los corresponsales envían las novedades sobre sus pueblos, que tienen varias páginas en el diario y también un editor propio.

Al final del día

Hasta llegar a la compaginación de títulos centrales, textos, fotografías y publicidad pasan muchas horas, en un proceso que va desde el área de redacción, hasta la diagramación y el armado. El matutino sale algunos días con suplementos: “Caldenia”, que se prepara el jueves; “La Chueca”, que se edita el domingo, “La Arena del campo”, que termina de elaborarse cada viernes, o “Uno más uno”, que se publica los miércoles.

Por la noche, cierra a las 22. A partir de allí y hasta la una de la madrugada, funciona una guardia nocturna, en caso de que se produzca algún hecho, que amerite detener la impresión para incluir material más fresco.

Una vez que fueron diagramadas, las páginas son maquetadas en el sector “Armado”, donde se unen textos e imágenes en un programa especial de computación y se dejan listas para imprimir. Pero antes de que ingresen a la máquina del taller para multiplicarse en miles de diarios, se realiza la tarea de verificación de sus títulos, subtítulos, pies de fotos, sumarios y otros detalles, por parte de un periodista.

Se imprime, primero, de la trece a la veinte y, luego, el resto. La tapa queda para el final. Las páginas se filman después sobre una chapa, que más tarde alimenta la inmensa rotativa. Si es necesario cambiar una noticia, por la evolución de un hecho periodístico a último momento, se detiene el proceso y se realiza la modificación.

En busca del lector

A la medianoche, llegan las últimas páginas a la impresora. Terminado el diario, ya está listo para su circulación. A las dos de la mañana, los paquetes están en la terminal para su envío a los pueblos del interior pampeano, sur de Córdoba y Capital Federal.

En la empresa, trabajan 140 personas. El director se llama Saúl Santesteban. “La Arena” fue fundada el 21 de agosto de 1933, por Raúl D’Atri. En 2008, el diario cumplió 75 años. Durante la visita, también conocimos los estudios de la 99.5 Radio Noticias.

Onelia Cabiati, José Abenante y Marcelino Valiente

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